lunes, 29 de junio de 2020

Análisis de "Amor constante más allá de la muerte"


   El soneto está escandido, es decir, se separó en sílabas para poder clasificar los versos de acuerdo a la cantidad de estos. Hay sílabas del final de la palabra unidas a las sílabas de comienzo de otras palabras, es porque hay una sinalefa. Una sinalefa se produce cuando una palabra termina en vocal y la siguiente palabra comienza en vocal, se consideran las sílabas final y de comienzo como una sola.
   Lo que está encerrado con un color son las terminaciones que se consideran para saber si hay rima o no; las terminaciones que terminan igual se les ponen al costado la misma letra.



Ce-rrar  po-drá  mis  o-jos  la  pos-tre-ra             A        
som-bra  que  me  lle-va-re__el  blan-co  dí-a,  B
y  po-drá  de-sa-tar  es-ta__al-ma  mí-a              B
ho-ra__a  su__a-fán  an-sio-so  li-son-je-ra;       A

Mas  no,  de__e-so-tra  par-te,__en  la  ri-be-ra, A
de-ja- la  me-mo-ria,__en  don-de__ar-dí-a:   B
na-dar  sa-be  mi  lla-ma  la__a-gua  frí-a,            B
y  per-der  el  res-pe-to__a  ley  se-ve-ra.              A

Al-ma__a  quien  to-do__un  Dios  pri-sión  ha  si-do, C
ve-nas  que__hu-mor  a  tan-to  fue-go__han  da-do, D
-du-las   que__ha n glo-rio-sa-men-te__ar-di-do,   C

su  cuer-po  de-ja-,  no  su  cui-da-do;            D
se-rán  ce-ni-za,  mas  ten-drá  sen-ti-do;         C
pol-vo  se-rán,  mas  pol-vo__e-na-mo-ra-do.  D



   Se trata de un soneto, formado por catorce versos endecasílabos (11 sílabas), agrupados en dos cuartetos y dos tercetos, cuyo esquema métrico es ABBA ABBA CDC DCD. Su rima es consonante.
   El soneto es un poema estrófico de procedencia italiana que fue traído a España inicialmente por el Marqués de Santillana en su obra “Sonetos” hechos al itálico modo, sin demasiado éxito. Serían los poetas renacentistas Boscán y Garcilaso quienes finalmente consiguieron aclimatar el soneto a las características del castellano.



   El tema del poema
   El poema se clasifica dentro de la producción lírica amorosa de Quevedo y en él se argumenta la posibilidad de que el amor supere la muerte. El poema tiene, pues, como tema la supremacía del amor sobre la muerte. El autor, partiendo de la idea de la inevitable llegada de la muerte, muestra la convicción de que su alma, por haber amado, será inmortal y el amor perdurará eternamente.

   Estructura del poema
   Los sonetos son poemas fuertemente estructurados debido a su distribución estrófica: dos cuartetos y dos tercetos. En este poema, pueden diferenciarse dos partes que coinciden la primera con los dos cuartetos y la segunda con los dos tercetos.
   En la primera parte (vv. 1-8), aparece el planteamiento inicial: la muerte llegará y su contraargumentación: el amor la superará.
   En la segunda parte (vv. 9-14) se enfatiza la idea principal contraponiendo vida y muerte y cerrando con una sentencia final que resume el tema: “polvo serán, mas polvo enamorado”.

   Tipo de título
   Es un título emblemático. Ya desde el título del poema se está adelantando el concepto o el tema sobre el cual se funda el poema. La destrucción del ser que trae la Muerte nada puede con el Amor, que persiste.

   Primer cuarteto
   El poema se inicia con un violento hipérbaton (figura retórica en la cual se altera la sintaxis, orden,  habitual de una oración) que ocupa los cuatro primeros versos. Ordenados según el orden lógico el texto quedaría así: “El blanco día la postrera sombra que me llevare podrá cerrar mis ojos y a hora lisonjera esta alma mía podrá desatar su afán ansioso”.
   Los primeros versos del primer cuarteto nos llevan a la condición por parte del yo lírico, del poeta, de un futuro en el que se ve la llegada de la muerte. Las palabras “Cerrar podrá”, indican la acción de la muerte, que se representa con las otras palabras: “postrera / sombra”, hay que decir que en todo el poema no se utiliza la palabra “muerte”, sino que se alude a esta por medio de metáforas.  Observemos que hay dos formas verbales que nos llaman de entrada la atención en el poema: “podrá cerrar” y “podrá desatar”, en ambas formas verbales se vuelve a la reafirmación de la característica destructora (irreversible) de la llegada de la Muerte, pero el poeta, al usar los verbos en tiempo futuro, parece aceptar lo inevitable de esa destrucción.
   Cuando el poeta afirma que la muerte cerrará sus ojos, se da a entender que eso significa el fin de la existencia o la ruptura del poeta con el mundo que lo rodea. Por eso la expresión “me llevare el blanco día”.     O sea que la muerte (la postrera sombra) le llevará la vida representada con las palabras “blanco día”.  Aquí hay una antítesis (confrontación de términos opuestos) entre dos metáforas: es decir, entre “postrera sombra” (la muerte) y “blanco día” (la vida).
   En los dos últimos versos del cuarteto se alude a que la muerte desata el alma del cuerpo y la desliga de él. El alma se vuelve entonces “lisonjera”  para el yo lírico porque busca perpetuar, proseguir con ese “afán ansioso”, que es el amor.

   Segundo cuarteto
   Como hay que decir que el paso de la muerte implica una angustia en quien se expresa (y ese es el tema del poema), pues no permite el fin de la vida que uno pueda continuar con la persona amada, surge de esta manera en el segundo cuarteto un sentimiento de rebelión del poeta contra la muerte, a la que se denomina como “ley severa” en el último verso de este cuarteto. Por lo tanto se puede afirmar que entre este cuarteto y el anterior existe una relación de antítesis, propia del movimiento barroco al que pertenecía el arte de Quevedo.
   El yo lírico imagina posteriormente un acontecimiento que se dará con su muerte: llegará un momento en que estará en “mas no de esotra parte en la ribera” (en la otra orilla de un río) y que allí su memoria no quedará solamente con la persona querida “dejará la memoria en donde ardía” (el “ardía” hace clara alusión a cómo es la pasión del poeta por su ser amado), es decir que al cruzar el río no olvidará el amor pasado. Aquí hay una referencia culta por parte de Quevedo a un río de la mitología clásica: el río Leteo. Se afirmaba que quienes cruzaban este río o bebían sus aguas caían en el olvido. El amor es para el poeta entonces algo tan poderoso que recordará a quien ama más allá de lo desconocido. En el tercer verso se habla de “nadar”, verbo que representa la lucha ante lo oscuro del destino. En “nadar sabe mi llama la agua fría”, la “llama” representa el amor, que no va a poder ser vencido por la muerte, nuevamente representada mediante otra metáfora: “la agua fría” (aquí hay nuevamente un juego de contrastes, de antítesis). Esta idea, la de la rebelión del poeta ante la muerte, se refuerza en el verso final del cuarteto con las palabras: “y perder el respeto a ley severa”; la frase “ley severa” es una nueva alusión a la muerte.


   Tercetos
   Los tercetos van a mostrar condensación temática de ambos planos mediante una elaborada estructura que muestra la victoria final del amor sobre la muerte. Cada uno de los versos del primer terceto se relaciona semántica y sintácticamente con los versos del segundo terceto: el 1º con el 4º; el 2º con el 5º y el 3º con el 6º, de modo que han de interpretarse así:
   “Alma a quien todo un dios prisión ha sido / su cuerpo dejará, no su cuidado”
   “venas que humor a tanto fuego han dado/ serán ceniza, mas tendrán sentido”
   “medulas que han gloriosamente ardido / polvo serán, mas polvo enamorado.”
   De este modo, se produce una gradación, el alma abandonará el cuerpo, pero no abandonará el amor; el cuerpo representado en las venas por las que corre la sangre y las médulas del interior de los huesos será consumido por la muerte, pero incluso los últimos vestigios del cuerpo seguirán enamorados.

   Primer terceto
   En el primer terceto se enumeran al inicio de cada uno de los tres versos tres elementos cuya función soporta, permite la vida: “Alma”, “venas”, “médulas”. Posteriormente se complementan esos elementos con el destino que tiene cada uno. El alma ha sido la prisión de un “dios poderoso”, es dios no es otro que el sentimiento del amor, que encuentra su lugar en el alma humana. Hay que agregar que el alma es un elemento que se nombra comúnmente en la poesía tradicional, pero a continuación Quevedo hace mención de dos elementos que están relacionado con lo físico del ser humano: las venas y las médulas. Aquí hay una intención clara de manifestar que en el amor no sólo lo espiritual se ve comprometido, sino también lo físico, lo corporal. Tanto las “venas” como las “médulas” son relacionadas con el arder, con el fuego, y la sensación del poeta por esas venas y médulas que han ardido no es de pena, sino todo lo contrario; el “gloriosamente” nos da la pauta de que se siente satisfecho, porque ese ardor viene del amor.

   Segundo terceto
   Lo manifestado en el terceto anterior prepara la exaltación del poeta en el último terceto, que tradicionalmente se ha utilizado como la conclusión del tema de todo el soneto. La capacidad destructora de la muerte por lo tanto no podrá llegar a las últimas consecuencias; de allí el uso adecuado de las frases adversativas con “mas” (equivalente de “pero”): “serán ceniza, mas tendrán sentido; / polvo serán, mas polvo enamorado.”




No hay comentarios:

Publicar un comentario